sábado, 6 de noviembre de 2010

OBJETIVOS PARA UNA MOVILIDAD SOSTENIBLE


El cambio de rumbo hacia una nueva cultura de la movilidad exige la consecución de una serie de objetivos interrelacionados entre los que destacan los siguientes:

- Reducir la dependencia respecto al automóvil. De manera que se invierta el crecimiento del peso del automóvil en el reparto modal y otros indicadores como el de pasajeros-km o número de kilómetros recorridos diariamente en automóvil.


- Incrementar las oportunidades de los medios de transporte alternativos En equilibrio con el objetivo anterior, se trata de generar oportunidades para que los ciudadanos puedan caminar, pedalear o utilizar el transporte colectivo en condiciones adecuadas de comodidad y seguridad.

- Reducir los impactos de los desplazamientos motorizados.
En ese escenario de nuevos papeles en la movilidad urbana hace falta también que
los vehículos motorizados reduzcan las fricciones ambientales y sociales que generan.
Deben seguir reduciendo sus consumos y emisiones locales y globales y deben
también acoplarse mejor a la imprescindible convivencia con los demás usuarios de
las calles en condiciones de seguridad aceptables.

- Evitar la expansión de los espacios dependientes del automóvil. Para no hipotecar las posibilidades futuras de los medios de transporte alternativos es necesario frenar ya la expansión del urbanismo dependiente del automóvil, es decir, de los polígonos y urbanizaciones que no pueden ser servidos mediante transporte colectivo y redes no motorizadas.

- Reconstruir la proximidad como valor urbano.
La otra cara de la misma moneda es la reducción de las necesidades de los vehículos
motorizados a través de la revalorización de la proximidad como eje de cualquier
política urbana, es decir, de la garantía de que existen condiciones adecuadas para
realizar la vida cotidiana sin desplazamientos de larga distancia.

- Recuperar la convivencia en todo el espacio público.
La nueva cultura de la movilidad es paralela a la revisión del espacio público
deteriorado por la antigua cultura de la movilidad. De lugar de paso y espacio del
transporte las calles han de pasar a ser también lugar de encuentro y espacio de
convivencia multiforme.

- Aumentar la autonomía de los grupos sociales sin acceso al automóvil.
Todo ello conllevará necesariamente un cambio en la autonomía de niños, jóvenes,
mujeres, personas con discapacidad, personas de baja renta, personas mayores y
personas que simplemente no desean depender del automóvil o de los vehículos
motorizados.
En definitiva, la nueva cultura de la movilidad que se propone combina objetivos de transformación física y objetivos de transformación social y económica del territorio urbano, en sintonía con la definición amplia de sostenibilidad.

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